martes, 22 de marzo de 2011

La educación de un niño extranjero: Un ejercicio real de convivencia en la interculturalidad

Por Manuel Antonio Velandia Mora
Alicante, Marzo de 2011
Caso: Juan Carlos es hijo de padres ecuatorianos. Tienen más de ocho años viviendo y trabajando en España pero hace más de un año que su padre se quedó sin trabajo. Tiene varios hermanos y con lo que su madre gana apenas alcanza para mantener a la familia. Así que han solicitado una de las becas que ofrece la escuela para familias con bajos recursos. Este año, por la crisis, se han presentado muchas más solicitudes. A Juan Carlos le conceden la beca, pero varios padres de la comunidad se sienten molestos porque la solicitaron también y no se las concedieron. Dicen que los inmigrantes no deberían tener más derechos que los españoles.

¿Cómo resolvería el conflicto moral teniendo en cuenta los valores de una ética intercultural?

El principio supremo de la ética moderna es el de la igual dignidad de todos los seres humanos. Educar para degustar la igual dignidad de cuantos se encuentran en el aula y fuera de ella, sean de diferente raza, cultura o inteligencia, es la clave para la convivencia en igualdad. Toda persona es digna y es fundamental transmitir a través del aula la igualdad de todos. Igualdad que igualmente debe ser comprendida, vivenciada y emocionada positivamente  por la comunidad académica. Que un chico  ecuatoriano o español no tenga el derecho a la educación es una vulneración al derecho a la educación, pero sobre todo es cuestión de insolidaridad, falta de igualdad e injusticia; para que no haya vulneración de derechos es necesario aumentar el nivel de competencia de las personas para poder ponerla al servicio de otros. Y esos otros no solo son los autóctonos o los extranjeros sino todos los conciudadanos.

- ¿Cómo se puede abordar este conflicto? ¿Qué procedimientos se deberían aplicar para tratar de que el otorgamiento de las becas no se convierta en un medio de división social entre inmigrantes y no inmigrantes?

Como ya queda claro en lo anteriormente expresado abordar el conflicto solo es posible bajo el paraguas de los valores, el problema radica en que, por ejemplo, legalmente quienes deben aprender la convivencia, a integrarse a la sociedad son los extranjeros, incluso unos más que otros, y no todos los habitantes de la ciudad, que son los otros convivientes. Se requiere cambiar la norma y ello solo es posible comprendiendo realmente en qué consiste la interculturalidad y logrando que ella no solo sea una norma sino una práctica real y cotidiana.

- ¿Qué criterios nos permiten decidir si una persona tiene o no derecho a solicitar este tipo de ayudas?

Los únicos criterio son la libertad, el derecho a la educación y que se es un habitante de la ciudad, pero igualmente que los derechos de los niños (inmigrantes u autóctonos) están protegidos por la ley.

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