jueves, 17 de marzo de 2011

Darse cuenta: Elemento fundamental en el proceso de cambiar las prácticas en la búsqueda de derechos en contextos de negación de la condición de ciudadanía

Velandia Mora, Manuel Antonio

El terreno sobre el que supuestamente descansan nuestras perspectivas de vida es sin duda inestable, como también lo son nuestros empleos y las empresas que los ofrecen, nuestros compañeros/compañeras y nuestras redes de amigos, la situación de la que disfrutamos en la sociedad, y la autoestima y la autoconfianza que se derivan de aquélla.[i]
Bauman, Zygmunt (2006). Vida líquida.

Cuando una persona sale por primera vez de su país  para vivir en otro y es un extracomunitario, generalmente no se piensa inmigrante, ni siquiera extranjero, aun cuando (en su intento por cambiar de vida) sí puede pensarse como una persona que se va a ver obligada a vivir en situación administrativa irregular.

La persona una vez habita en el país receptor  pasa por un proceso identitario en el que se da cuenta que su identidad como persona, sujeto de derechos y ciudadano se va transformada, no sólo porque está en una sociedad y cultura diferentes sino también porque descubre que no puede ejercer su condición de sujeto político. En el país receptor la persona descubre que sus explicaciones del mundo, las prácticas cotidianas relacionales y laborales y sus emociones igualmente cambian.

Darse cuenta implica hacer distinciones acerca de cómo ha sido la experiencia, cómo le afecta en lo particular y cómo afecta a los(as) demás. La reflexión es un proceso en el que la persona se hace preguntas y se da respuestas. El proceso de indagación, de cuestionamiento, de autoconocimiento es factible gracias a la capacidad recursiva del lenguaje que nos permite volver sobre nosotros(as) mismos(as). De allí que reflexionar es una acción que consiste en volver sobre sí mismos(as), indagándose, auto-preguntándose sobre el sentido, el significado, los orígenes, las conexiones, los juicios, las implicaciones que ha generado lo que se ha vivenciado, experimentado. En algunas oportunidades esas preguntas y respuestas pueden plantearse y responderse tanto desde lo que se conoce en la experiencia cotidiana de vida como desde las teorías con las que suele explicar el mundo.

Centrarse, ser el centro de su propio universo/uni-verso implica reconocer que se es único(a). Lo primero sobre lo que debiéramos reflexionar (Velandia, 1999) con respecto a mí mismo(a) –mismidad–, en que no hay nadie como yo, nunca ha habido nadie como yo, ni habrá nadie como yo, es decir, estoy siendo, he sido y estaré siendo único(a).  La conciencia de que mis reflexiones y las de los(as) otros(as) son tan únicas como las mías me aproxima a la conciencia de la otredad. Hacerme consciente de dicha otredad me conduce a reconocer que las explicaciones que damos al mundo, a nuestras relaciones, de nosotros(as) mismos(as), por el hecho de ser únicos(as) son diferentes a las de los(as) demás; a darme cuenta que frente a un mismo hecho hay tantos versos, tantas reflexiones y explicaciones como seres humanos hay y, es precisamente esta la esencia del multi-verso. A reconocer que yo me posibilito o no verme afectado por los diferentes versos (alteridad); también puedo establecer los límites relacionales, emocionales, territoriales con los otros y las otras (otredad).

Centrarse es descubrirse eje y motor de aquello de lo que me he, dado cuenta. Es un proceso triádico en el que se vivencian tres momentos, señalar-se, descentrar-se y proyectar-se, que hacen parte del juego del estar siendo lo que se desea ser. Señalar-se es poner una marca (en una cosa) para hacerla visible y distinguirla de otras, llamar la atención sobre una persona (en éste caso yo mismo(a)) o cosa. Señalar-se un camino, trazar-se un norte por el que deseamos transitar, seguir la ruta señalada está interconectado, influenciado e interafectado por el ámbito de dominio de las relaciones que establecemos con nosotros(as) mismos(as), los(as) otros(as) y el contexto en el que nos movemos.


Descentrar-se es desviarse de la ruta señalada. La permanente contradicción que conlleva compartir-se, vincular-se y encontrar-se nos pone en evidencia lo difícil que es estar siendo consecuente consigo mismo(a) y el actuar, más aun cuando sabemos que la razón no es suficiente, dado que es nuestra emoción –a veces desconocida e ignorada– la que nos induce y nos conduce por los caminos de la vida. Proyectar-se es pensarse actuando y emocionándose en la nueva experiencia cotidiana de vida de la convivencia democrática. Proyectar-se, desde la posibilidad de que en el estar siendo hoy estamos siendo futuro, significa empezar a vivir hoy lo que concibo quiero ser en el futuro.

Hacerse cargo/empoderarse, es igualmente un proceso en el que se presentan tres momentos: evaluación, redirección y retroalimentación. Evaluar está directamente relacionado con valorar, en éste caso valorar nuestro propio actuar. Redireccionar es tomar una nueva dirección cuando logramos darnos cuenta y necesitamos centrarnos en lo que queremos estar siendo. Retroalimentar es tomar nuevamente el impulso, dar-nos la fuerza necesaria para seguir en el empeño de estar siendo en la convivencia democrática, con todo lo que ella nos significa y re-significa.

El permanente actuar de otros(as) y todo cambio que sucede en el medio me afecta a mí y dicha alteración únicamente es factible de reconocimiento si reconozco mis propios límites como también mis posibilidades.

La persona que vive en situación administrativa irregular, pero también el extranjero extracomunitario en situación regular, cuando se descubre en contextos en los cuales la condición de ciudadano/a no se ve reconocida en su dimensión jurídica y política, entiende que además está siendo vulnerado en sus derechos por cuanto logra darse cuenta que tiene obligaciones pero que ve restringidos sus derechos, es ahí cuando al centrarse sobre la afectación que ello le produce se ve obligado a analizar posibles salidas en las que pueda hacer una “reconstrucción” de la ciudadanía.
  
Estas salidas son de diversa índole como puede observarse en algunos reportes de prensa que hablan de la situación en la Comunidad Europea de personas que vive en situación administrativa irregular y que se organizan para luchar por sus derechos, especialmente en sus derechos como trabajadores. En Paris decenas de inmigrantes “sin papeles” provenientes de Malí ocuparon en septiembre de 2008 un restaurante de alto standing  reclamaban la regularización de un grupo de trabajadores indocumentados de su misma nacionalidad empleados en el restaurante como pinches de cocina o ayudantes de camarero. Igualmente en Paris, un año después, 2.000 inmigrantes en situación administrativa irregular acamparon en un almacén vacío para exigir a las empresas que los contratan que obtengan el permiso de residencia para ellos.

En Londres en mayo de 2009 Miles de personas que vive en situación administrativa irregular asistieron a un festivo acto de protesta para pedir su regularización. Los actos empezaron con siete servicios religiosos simultáneos seguidos de una manifestación que finalizó en la plaza de Trafalgar. Este movimiento, que empezó en 2006, se inspira en la regularización aprobada en España en 2005.

En España en marzo de 2008 organizaron una huelga en Jaén para denunciar la explotación laboral de la que son víctimas. Explotación a la que se suman condiciones infrahumanas de vida, abuso por parte de las autoridades y otras formas de violencia social.

En Italia, en Enero de 2010 trescientos inmigrantes ayunaron en protesta por los nuevos trámites para obtener el permiso de residencia, dado que desde el 2009 se aprobó el polémico Paquete de Seguridad ideado por la Liga del Norte, que convirtió en delito la inmigración clandestina e introdujo numerosas medidas restrictivas contra los inmigrantes, los trámites de los documentos de residencia se han alargado y complicado hasta límites desesperantes.

Más recientemente, marzo de 2011, un grupo de 287 inmigrantes indocumentados organizaron en Atenas una huelga de hambre para pedir a las autoridades griegas que concedan permisos de residencia y de trabajo al medio millón de extranjeros en situación irregular en el país.

Pero no solo las huelgas y los ayunos se han utilizado como estrategia, los inmigrantes habitando en la Comunidad Europea llevan años entrando por la fuerza en iglesias, oficinas del Gobierno y universidades, negándose a salir si no se les garantiza que les tendrán en cuenta para una “regularización”.

Sin embargo, existe la falsa conciencia de que al lograr la regularización se logra la ciudadanía; pero quienes ya se hallan de manera regular igualmente se dan cuenta que no pueden participar en la vida política de las ciudades en que habitan y mucho menos a nivel nacional. Según Pietro Costa, la ciudadanía es una relación política fundamental y sus principales articulaciones, esto es, las expectativas y las exigencias, los derechos y los deberes, las modalidades de pertenencia y los criterios de diferenciación  o las estrategias de inclusión o exclusión.

La ciudadanía implica una relación simétrica. Uno de los logros más importantes en la asunción de la ciudadanía en condiciones de simetría: en las próximas elecciones locales en España (mayo de 2011), unos 650.000 nuevos electores -inmigrantes afincados en España- podrán ejercer su derecho al voto gracias a los convenios firmados por el Ejecutivo español con Colombia, Perú, Argentina, Islandia, Trinidad y Tobago, Ecuador, Burkina Faso, Cabo Verde, Chile, Paraguay, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Uruguay y Bolivia. Sin embargo el derecho al voto no será ejercido por todos aquellos que pueden hacerlo.

Empoderarse como ciudadano implica además de ejercer el voto, darse cuenta  de la importancia que tiene para los inmigrantes organizarse como grupo de presión política haciendo valer y luchando por que se reconozcan sus aportes al desarrollo económico, social y cultural de los países en los que habitan.  Diferentes  investigaciones sugieren que sin el aporte de los inmigrantes el Producto Interno Bruto (PIB) habría bajado en lugar de mostrar un crecimiento. El profesor Josep Oliver, ha explicado que "Globalmente, la cantidad de dinero que estos inmigrantes han transferido al estado español es más elevado que la cantidad que han recibido". En el caso del sector turístico, la aportación de la mano de obra inmigrada es porcentualmente superior a la que corresponde al conjunto de la economía española.  En diciembre de 2006 el rey aseguró que los éxitos económicos y sociales de España explican “los flujos migratorios de tantos hombres y mujeres que contribuyen con su valioso esfuerzo a nuestro crecimiento. Un esfuerzo que merece reconocimiento y gratitud”. 

Cabe destacar que  la apreciación social sobre el aporte de los inmigrantes al desarrollo de la Comunidad Europea, no está de acuerdo con lo que afirman las estadísticas, en especial esto es evidente para la población general. Una verdadera integración de los extranjeros no comunitarios no será posible en cuanto no cambie esta falsa conciencia y se comprenda que la integración es bilateral.


[i] Bauman, Zygmunt (2006). Vida líquida. Editorial Paidós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario