jueves, 4 de noviembre de 2010

Mismos seres, misma lengua, diferente idioma

Cambios en las representaciones culturales y las prácticas comunicativas del sujeto al momento de vivir una experiencia de interculturación

Por: Manuel Antonio Velandia Mora[1] y Roberto Alejandro Morales Rubio[2]
Resumen de la ponencia presentada en el Simposio Internacional Traducción e identidad diaspórica: el (meta)discurso de la (a)culturación, Alicante, España, Noviembre 4 de 2010. 


El término español […] refiere de modo unívoco a la lengua que hablan hoy cerca de cuatrocientos millones de personas (RAE, 2005); pero aunque se compartan el mismo código lingüístico y los mapas conceptuales genéricos para este idioma entre los países iberoamericanos, cuando un sujeto se desplaza entre estas tierras se ve en la imperiosa necesidad de recurrir a la interrelación dialéctica que produce el lenguaje en el sistema de representaciones y manifestaciones de una cultura, para así adaptarse a un contexto que elimina lo perteneciente a la terminología, el discurso y el contexto relacional -y de poder- propios del migrante. 

La interculturación, como uno de los resultados del proceso de desplazamiento de un ser humano a otros lugares, evidencia impedimentos de comunicación en aspectos tales como lo quinésico, lo prosémico, lo fónico y lo discursivo, a tal punto que se crean varias manifestaciones lingüísticas para una sola representación. 

Para el caso de un sujeto colombiano, hacerse inmerso en otra cultura significa reemplazar de su sistema representativo: 
1.) Términos coloquiales -como camiseta (polo), trabajo (currar), gustar (guay), incluso tirar (follar), entre muchos otros con el fin no perderse en modismos que, aunque son mencionados en algunos diccionarios modernos, desconfiguran todo aquello que el sujeto trae consigo y no está habilitado para usar fónica y prosémicamente en el lugar que le recibe; 
2.) Procesos identitarios y discursivos -replanteamiento de su “deber ser”, “querer ser” y “estar siendo”; y,
3.) La carga representativa que lo mediático ha creado en el lugar receptor sobre el lugar de origen del sujeto. 

El lenguaje es generador de mundos, mundos de dependencia-dominación, mundos en los que la lengua que se supone un punto en común se transforma en: 
1.) Impedimento para la interpretación social y la mediación intercultural necesarias para la inclusión e integración; 
2.) Reafirmando un discurso diaspórico.

[1]  Manuel Antonio Velandia Mora. Doctorando Enfermería y Cultura de los cuidados. DEA en Enfermería y Cultura de los cuidados, Universidad de Alicante; DEA y Doctorando en psicopedagogía Universidad del País Vasco; Maestrando en Gestión de las Políticas Migratorias e Interculturalidad, Universidad de Alicante; Máster en Educación; Sociólogo.
[2] Roberto Alejandro Morales Rubio. Comunicador Social, Fundación Universitaria INPAHU, Facultad de Comunicación, Información y Lenguaje. Programa Universitario en Comunicación Social, Bogotá D. C., Colombia

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